Las chicas se embarazan para cobrar una asignación, dicen
algunos. Quien dice esto es una persona repugnante, se llame Ernesto Sanz,
Miguel del Sel o Lucia Galan.
Quienes no tienen empleo o tienen trabajo no registrado, efectivamente,
cobran la asignación universal por hijo.
En cambio, quienes tienen trabajo registrado, cobran salario
familiar.
Si el ingreso de ese empleado es lo suficientemente alto
como para que no le corresponda salario familiar, el hecho de tener un hijo
implica que se le descuentan 24.000 pesos por año del impuesto a las ganancias.
Conclusión: somos todos negros planeros y a todos nos llega
la mano del Estado por el hecho de tener hijos.
Con el mismo razonamiento de aquellos soretes que comenté al
principio se podría decir lo siguiente: las esposas de los gerentes de las multinacionales,
se embarazan para que el marido pueda deducir al hijo del impuesto a las
ganancias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario