Los catorce millones y medio que votaron a milei no son boluditos
engañados. Son catorce millones y medio de reverendos hijos de remil putas.
Sabían que votaban el saqueo y la destrucción total del país.
No surgieron de golpe. Estuvieron siempre ahí agazapados.
Apareció un tipo que reivindica la dictadura, niega los desaparecidos, le
chupa un huevo Malvinas, usa la palabra mogólico como insulto y piensa que la
compra y venta de bebes es un negocio como cualquier otro. Y lo vocifera a los
cuatro vientos sin la más mínima vergüenza.
Y los catorce millones y medio de hijos de puta dijeron: “Por fin apareció
uno que me representa”
Acá esta la verdadera grieta, del otro lado, los que quieren que vuelva
videla, y de este lado los que no.
No todos nos ponemos contentos con la aparición de un nuevo nieto. A ellos
les explota la vena acá.
Yo siempre dije que celebro la grieta, que nadie piense que yo tengo algo
que ver con esos catorce millones y medio de hijos de puta. No son compatriotas
míos, ni siquiera adversarios políticos, son mis enemigos personales.
No se puede construir nada con esos catorce millones y medio de hijos de
puta. Ellos armaron un país de mierda, donde se intenta destruir cualquier cosa
que tenga que ver con la solidaridad social.
Y no me vengan con la mentira de la libertad, porque desde 1983 hasta hoy,
este es el momento de menos libertad que recuerdo.