sábado, 27 de julio de 2024

CATORCE MILLONES Y MEDIO

 

Los catorce millones y medio que votaron a milei no son boluditos engañados. Son catorce millones y medio de reverendos hijos de remil putas. Sabían que votaban el saqueo y la destrucción total del país.

No surgieron de golpe. Estuvieron siempre ahí agazapados.

Apareció un tipo que reivindica la dictadura, niega los desaparecidos, le chupa un huevo Malvinas, usa la palabra mogólico como insulto y piensa que la compra y venta de bebes es un negocio como cualquier otro. Y lo vocifera a los cuatro vientos sin la más mínima vergüenza.

Y los catorce millones y medio de hijos de puta dijeron: “Por fin apareció uno que me representa”

Acá esta la verdadera grieta, del otro lado, los que quieren que vuelva videla, y de este lado los que no.

No todos nos ponemos contentos con la aparición de un nuevo nieto. A ellos les explota la vena acá.

Yo siempre dije que celebro la grieta, que nadie piense que yo tengo algo que ver con esos catorce millones y medio de hijos de puta. No son compatriotas míos, ni siquiera adversarios políticos, son mis enemigos personales.

No se puede construir nada con esos catorce millones y medio de hijos de puta. Ellos armaron un país de mierda, donde se intenta destruir cualquier cosa que tenga que ver con la solidaridad social.

Y no me vengan con la mentira de la libertad, porque desde 1983 hasta hoy, este es el momento de menos libertad que recuerdo.



FECUNDACIÓN IN CLOACA (CUENTO)

 

Sarita, del 4to C, tuvo una ovulación mientras defecaba. Alberto, del 5to C, se masturbaba regularmente, se limpiaba con papel higiénico, y tiraba todo el conjunto al inodoro.

Los desechos de ambos, viajaron por la cloaca hasta encontrarse, de casualidad, en una curva, que justo estaba cerca de la caldera del edificio, creando un ambiente ideal para la gestación de un nuevo ser.

Ese nuevo ser era evidentemente un ser humano, pero adoptó la forma cilíndrica del caño que lo contenía (hierro fundido de cuatro pulgadas), desarrolló escamas y branquias para moverse en ese medio acuoso, y se alimentaba de…lo que hay en la cloaca.

Su vida era muy penosa, al ser único en su tipo. El encargado del edificio permanentemente lo lastimaba con su caña para destapar cloacas, y cada vez que asomaba su cabecita por el inodoro del 4to C, su propia madre pegaba un grito y lo reventaba a escobazos.

Esta historia puede tener el siguiente final feliz: ocurre lo mismo entre Horacio, del 7mo A, y Rosita, del 8vo A, procreando una hermosa hembrita. Se encuentran, se enamoran, tienen hijos, y son felices para siempre…en la cloaca.