lunes, 13 de junio de 2022

LENGUAJE INCLUSIVO

 

Me encanta ver el efecto que produce en nazis como eduardo feinman.

Una persona que no es consciente que habla un idioma transformado es una persona burra, bruta e ignorante. El que quiera hablar un idioma puro, que hable como hablaba Gonzalo de Berceo en el siglo XIII. El idioma se transforma permanentemente. Tanto se transforma, que esos cambios se hacen evidentes en apenas una generación: el abuelo, el padre y el hijo hablan de una forma totalmente distinta. Y los que efectúan esos cambios somos nosotros, los parlantes. Las academias siempre llegan tarde.

Así que los puristas del idioma que sepan que nadie fabla castellano puro. Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.




DEBATE

 

El único debate político serio que se da hoy en la Argentina, es el que se da internamente dentro del Frente de Todos. No hay posibilidad de debate con lo que hay en la vereda de enfrente, ya que clausuraron cualquier tipo de discusión. ¿Qué vas a discutir con tipos que dicen cualquier cosa? macri tiene un Excel que dice que el no endeudó al país.

Por lo tanto a mí me parece muy saludable dentro del Frente de Todos el debate, la discusión, la pelea o lo que sea.

Lo que se discute es cómo distribuir mejor la riqueza.

La mierda macrista o la derecha en general, discute como rebanar derechos laborales. La pelea, en este caso consiste en ver quien es más hijo de puta. Se pelean por ver quien defiende mejor el interés del 1% de la Argentina, interés que defienden a capa y espada. (Sin embargo tienen un acompañamiento electoral del 40%. ¿En que está pensando el otro 39%? )

¿Y quiénes son ese 1%? Llamálo clase dominante, círculo rojo, oligarquía o como más te guste. Son tipos y tipas, que una vez que sale una ley del Congreso o un fallo de tribunales, ellos deciden si lo van a cumplir o no. Son los dueños de la Argentina.




viernes, 10 de junio de 2022

LA ERA DE LOS COREÓGRAFOS (CUENTO)

 

-          ¿Qué estas preparando ahora?

-          Boca 2-Real Madrid 1, año 2000, Copa Intercontinental. Un partidazo.

-          ¿Y cómo empezó todo esto?

-        Y, ya hacia bastantes años que el futbol, tal cual se lo conocía anteriormente, se había agotado. No había interés por parte de la gente. No se hacía otra cosa que hablar de los partidos del pasado, de los grandes jugadores del pasado. Los estadios estaban vacíos. Hasta que a alguien se le ocurrió (un genio el tipo), agarrar un partido histórico, estudiarlo bien, y reproducirlo exactamente igual a como había sido originalmente.

-          ¿Pero cómo reproducirlo?

-          Todo, todo tal cual como había ocurrido en el original. Los mismos movimientos de los 22 jugadores, tengan o no la pelota. La pelota rodando,  o en el aire pero siempre exactamente igual, con las mismas coordenadas. Las mismas jugadas, los mismos tiros al arco, los mismos pases, las mismas gambetas, los mismos caños, las mismas atajadas, los mismos goles, todo en el mismo segundo en que se habían producido. Los mismos movimientos del árbitro y los jueces de línea. También los mismos errores, no se corregía nada.

-          ¿Todo igual?

-          Un calco. Un clon exacto del partido original. Lo que se te ocurra, todo se copiaba. El precalentamiento de los suplentes al costado de la cancha, los cambios, los gritos del entrenador, los festejos después de un gol, los fouls. Todo.

-          Increíble.

-          Los directores técnicos pasaron a ser una especie de coreógrafos, o una especie de régisseur. Los jugadores llamálos si querés actores, o si querés bailarines. Pero entran a la cancha con un libreto, una coreografía muy precisa que tienen que respetar a rajatabla. Nada queda librado al azar. Creación cero. Espontaneidad cero. Pero imagínate que los tipos técnicamente son impecables, ponen la pelota donde quieren. Si tiene que pegar en el palo, pega en el palo, y no en cualquier lugar del palo, sino en el mismo lugar donde pegó en el partido original. No cabe duda que transpiran la camiseta, ¡la puta que la transpiran! ¡Y la memoria que tienen!

-          ¡Me imagino!

-          Tienen que tener en la cabeza noventa minutos de movimientos, ni hablar si hubo alargue. De cualquier manera a cada uno lo ayuda una especie de apuntador, tienen auriculares y desde afuera los guían un poco.

-          ¿Y cómo eligen a los actores?

-          Bueno, los castings son tremendos. Aparte de su desempeño, se busca que sean físicamente parecidos a los originales. Si no, se los caracteriza. No es nada fácil encontrar a un Housseman.

-           ¿Y cómo es posible todo eso?

-          En los partidos más modernos, que los filmaban con muchas cámaras, es más fácil. Con la información de todas ellas, se arma un modelo 3D muy complejo, del cual se saca el derrotero de cada jugador. Pero a medida que nos alejamos en el tiempo, se hace más difícil, por falta de información. Hay que basarse en filmaciones malas, fotos, artículos periodísticos, hasta en la tradición oral de lo que los protagonistas le contaban a sus nietos y bisnietos. Quise reproducir el Maracanazo de Uruguay contra Brasil en 1950, pero fue imposible hacer el partido completo.

-          ¿Y cuándo hay desmanes?

-          En ese caso se contratan actores para mezclar entre el público. Pero las cachiporras, las piedras y el gas pimienta son de utilería, nadie sale lastimado.

-          ¿Y el periodismo deportivo que función cumple?

-          Es como si fueran críticos de cine o teatro. Pero no cambió mucho, hacen buenas críticas de tal o cual compañía ejecutora, según cuánta plata les ponen en el sobre. Por suerte, no todos.

-          ¿Y qué proyectos tenés para el futuro?

-          Uno muy ambicioso. Los 7 partidos de Argentina en el Mundial 1986. Para mí es como presentar la integral de las sonatas de Beethoven, o la tetralogía de Wagner. Si sale bien después nos espera una gira Europea. También pensaba en el futuro preparar un campeonato completo para presentar a lo largo del año, por ejemplo el metropolitano de 1984, ese que ganó Argentinos Juniors. 19 equipos jugando todos contra todos en 2 ruedas, de abril a diciembre.

-          ¿Y el partido más difícil para recrear cual fue?

-          Uno muy difícil fue Argentina 1 Brasil 0 en el mundial de 1990, ese del gol del Cani. ¿Sabes que difícil que es errar todos los goles que se comieron los brasileros? Nos matamos con los ensayos.

-          Y digo yo, no soy entendido en el tema, pero con toda la tecnología que hay ahora, ¿No pensaron para simplificar, por ejemplo en hacer algo virtual, proyectar una animación 3D, o algo así?

-          ¿Qué? ¿Y bastardear este deporte hermoso? ¡Jamás!






EL DISFRAZ DE COLOMBINA (CUENTO)

 Afuera llovía. Elvira dormitaba pensando una y otra vez que tenía que dejar de fumar. Su hija irrumpió, y la despertó de un sobresalto.

-          Mamá, tengo que ir a una fiesta de disfraces esta noche con José y no se que ponerme. 

La mirada de Elvira se iluminó. Aquel disfraz de colombina, bordado con sus propias manos hace ya más de veinte años, durante varias noches en vela. ¿Por qué no? 

-          Tengo algo para vos, dijo, mientras su hija ponía cara de fastidio. 

Mientras abría la caja del disfraz, invadida por un fuerte olor a naftalina, los recuerdos vinieron a su memoria como una aparición fantasmal. 

Llovía. La silueta del hombre amado se acercaba.

-          Elvira, ¿Qué haces con ese disfraz tan ridículo?

-          ¿Cómo? ¿No íbamos a ir a la fiesta de disfraces?

-          Iras vos sola. La hija del embajador me invitó a un cocktail en la embajada y tengo que ir.

-          ¿Qué tiene ella para ofrecerte que yo no te pueda dar?

-          Dinero, poder, belleza, y una vida llena de placeres y glamour. ¿Está claro? 

El olor a quemado la hizo volver a la realidad. Mientras recordaba Elvira había quemado el disfraz con su cigarrillo. En ese momento Elvira lloró como no lo había hecho en más de veinte años.

-          ¡Mamá, mamá! Olvidate de ese ridículo disfraz, ya no hay nada de que preocuparse. ¡El hijo del embajador me invitó a un cocktail en la embajada! 

Afuera José llamaba a la puerta disfrazado de arlequín.