Me encanta ver
el efecto que produce en nazis como eduardo feinman.
Una persona
que no es consciente que habla un idioma transformado es una persona burra,
bruta e ignorante. El que quiera hablar un idioma puro, que hable como hablaba Gonzalo
de Berceo en el siglo XIII. El idioma se transforma permanentemente. Tanto se
transforma, que esos cambios se hacen evidentes en apenas una generación: el
abuelo, el padre y el hijo hablan de una forma totalmente distinta. Y los que
efectúan esos cambios somos nosotros, los parlantes. Las academias siempre
llegan tarde.
Así que los
puristas del idioma que sepan que nadie fabla castellano puro. Bien valdrá,
como creo, un vaso de bon vino.
Con una disposición Larreta consiguió más visibilidad e intención de voto que Kichilof inaugurando 72 escuelas en la Provincia.
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