miércoles, 6 de julio de 2016

LA ILUSIÓN DE LA MERITOCRACIA


“Yo todo lo que tengo lo tengo gracias a mi esfuerzo, ningún gobierno me ayudó”, suelen decir egresados de la UBA, donde recibieron en forma gratuita una educación universitaria de primer nivel internacional. El 22 de noviembre de 1949, el presidente de la Nación, el general Perón, firmó el Decreto N° 29.337 de Supresión de Aranceles Universitarios.
La clase media cree que cuando se habla de reparar derechos, se habla exclusivamente de reparar los derechos de la gente que vive en una villa o de los indigentes (que lo necesitan, y mucho), pero  la reparación de derechos incluye a la clase media, y cuando tenemos un gobierno que cercena derechos, le cercena derechos a todos.
Si un trabajador pertenece a un sindicato, y ese sindicato construye un jardín maternal, ese trabajador es menos pobre que antes. Si el sindicato pierde poder y ya no puede construir jardines maternales, pierden todos sus afiliados.
En lo personal, me fue bien durante doce años, no porque yo sea un genio, sino porque un gobierno con las políticas publicas adecuadas mejoraba mi calidad de vida.
Esas mejoras que viví en  los doce años kirchneristas son confirmadas por el actual gobierno cuando me dice: “el bienestar que tenías con tu salario medio era ficticio”. Reconocen que lo tenía y toman la decisión política de quitármelo, simplemente porque piensan que yo no lo merecía.
Tener un empleo con un salario digno, tener poder adquisitivo, pagar tarifas de servicios públicos razonables, tener un sistema previsional capitalizado y solidario, son derechos, no son privilegios. Hay gobiernos que tuvieron políticas activas para otorgar esos derechos y hay gobiernos que tienen políticas activas para arrebatarlos.
Miles de argentinos viven la ilusión de la meritocracia, y votan en contra de sus intereses.

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