domingo, 2 de octubre de 2016

GOBIERNOS POPULARES VS GOBIERNOS NEOLIBERALES


Irigoyen, Perón, Kirchner. Gobiernos populares, mal llamados populistas.
Durante estos gobiernos crece la industria, el consumo, la clase media, el producto bruto, la participación del asalariado en el producto bruto, el empleo. Y bajan la pobreza y el endeudamiento. Todos estos son datos objetivos.
Durante los gobiernos de signo opuesto (oligárquicos, conservadores, neoliberales), ocurre todo lo contrario. No se trata de gobiernos peronistas o radicales, ya que el Proyecto Nacional y Popular, fue encarnado en distintos momentos tanto por radicales (Irigoyen), como por peronistas. Y el proyecto neoliberal, también (Menem, De La Rua).
Las diferencias de bienestar de los sectores medios y bajos entre uno y otro proyecto, es tan abismal, que cuesta creer que los proyectos populares  puedan ser derrotados en las urnas.
¿Con que cuentan los gobiernos oligárquicos y neoliberales para inclinar la balanza? Con la mafia mediático-judicial. El dueño del diario en connivencia con un sector del poder judicial instala lo que quiere. Así puede instalar que Irigoyen es el peludo, y que Evita es prostituta. ¿Cuantas sospechas por corrupción tuvo Irigoyen? Todas. ¿Cuantas condenas por corrupción? Ninguna.
Crítica, La Prensa, Clarín en distintas épocas, y La Nación (siempre), hicieron muy bien su trabajo.
A pesar de que el proyecto neoliberal es corrupto y mafioso desde su misma formulación, hay una gran parte de la población, que no entiende el accionar de esos gerentes que operan de los dos lados del mostrador como corrupción, más bien lo entiende como “sentido común”, por más que ese accionar atente contra sus intereses. En cambio, cualquier intento de beneficiar a las clases populares, se entiende como “clientelismo”.
Hay una sola manera de que el proyecto neoliberal triunfe en las urnas, y es estupidizando al electorado.
Lamentablemente, nuestras clases medias, educadas en el desprecio hacia lo Nacional y Popular, son carne de cañón para ser muy fácilmente seducidas por la mafia mediática. Estan dispuestos a consumir lo que sea que el dueño del diario presente como agenda del día.
Y pareciera que esto les produce satisfacción, por más que el sueldo ya no les alcance para llegar a fin de mes.