sábado, 16 de enero de 2021

LA PENA MÁXIMA

Nunca aboné el discurso punitivista. Por ejemplo, nunca estuve de acuerdo con la pena de muerte. No estuve de acuerdo con la pena de muerte para los genocidas de la dictadura, creo que merecían ser juzgados y condenados. No estoy de acuerdo con la pena de muerte, como muchos  piden, para un violador, por las mismas razones.

Pero así como la pandemia es una situación singular (la más singular que haya conocido la humanidad en varias generaciones), creo que merece soluciones singulares y extremas. Creo que lo que faltó en esta pandemia es juzgar y encarcelar boludos. Desde el minuto cero debería haber pasado por el Congreso una ley, que disponga el juicio y  condenas severísimas a todo aquel que propague el virus, o divulgue información falsa o malintencionada durante la pandemia (si, estoy hablando de la prensa canalla y de la mierda que tenemos como oposición).

¿De qué le sirve al país todos esos descerebrados anticuarentena y antivacuna? ¿Por qué tenemos que tolerar a gente que se caga en la vida de todos los demás? ¿Hasta qué punto es posible razonar con estas personas? Son agresores, y agresores muy peligrosos. Seguramente son una minoría, pero una minoría con gran capacidad de daño. No tengo vergüenza de decir que le deseo lo peor a esta lacra.

Entiendo a esta situación de pandemia como una situación análoga a una guerra contra una potencia extranjera. Supongamos que en esa circunstancia el Gobierno decreta que nos quedemos todos en casa con la luz apagada. Y supongamos que aparece un ejército de boludos diciendo cosas como estas:

- Mi libertad está en juego, a mí nadie me dice lo que tengo que hacer.

- Todos por la república, ¡no nos van a avasallar!

- Yo tengo la costumbre de salir todas las noches a la calle con un reflector, y convoco a todos a acompañarme esta noche.

¿Entienden que con esta analogía, no resulta tan chocante hablar de máximas penas?




2 comentarios:

  1. Mmmm, mirá, comparto tu enojo y tu indignación con esta clase de lacras, pero eso sería abrir la puerta a toda clase de abusos. Siendo un poco más precisos, ¿de qué le sirven al país Lilita y Fernando Iglesias? ¿De qué le sirven Lanata y Majul? Entonces, como son gente jodida, que llevan a los demás a tomar decisiones de mierda, ¿los metemos en cana? Ahora suponete que JxC vuelve al gobierno, a su vez ellos podrán decir ¿de qué nos sirven D'Elía, Milagro, Boudou y De Vido? Y meterlos en cana. Pará un poquito... ya lo hicieron, lo que vos proponés los autorizaría.

    ¿Se podría haber sido más firme? Sí, sin ninguna duda: se podría haber ordenado (sí, ordenado) a la Metropolitana que dispersara las manifestaciones anticuarentena y haber prohibido que ningún gobierno local autorizara a los runners y los telos. Y cuando Larreta se negara a lo primero e hiciera igual lo segundo, intervenirle la CABA. Y al cuerno con el amigo Horacio, acá manda el presidente.

    La pelotudez no es un delito, y la hijadeputez tampoco. Lo que castiga el derecho penal no es eso, es el hecho concreto, consciente y demostrado. Sí, claro, al pelotudo que además de serlo viole la cuarentena apenas llegado de Europa hay que hacer que la termine en una celda en Marcos Paz. Y al que se niegue a dispersarse cuando la Federal ordena dispersarse, también 15 días a la sombra; no por pelotudo ni por irresponsable, sino por el acto concreto que pone en peligro la vida de los demás.

    Pero la pena máxima no. Porque además no funciona: no es la dureza de las penas lo que hace que la gente deje de violar la ley, sino la convicción de que van a ser sancionados. Lo que importa no es el número de años en cana, sino que queden convencidos de que no van a zafar.

    Un gran saludo,
    Marcelo
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  2. Marcelo, gracias por tu aporte al blog! Muchos saludos.

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