miércoles, 13 de abril de 2016

PARA EL ASOMBRO

Me asombra ver a gente que perdía el sueño por el tema de la corrupción pública, votando al tipo más sucio de la historia Argentina de los últimos 35 años. Nuevo burgués nacido con la dictadura, y que se termina de consolidar con el menemismo, no dejó de aprovechar un solo negocio oscuro que le haya pasado cerca.
Me asombra el siguiente razonamiento: “No necesita robar porque ya es rico”. ¿Y cómo se hizo rico?
Me asombra escuchar a algunas personas diciendo: “Si le va bien a él, nos va bien a todos”. Si le va bien a él, le va bien a sus amigotes magnates, mientras el país es saqueado y destruido. Quiero que a él le vaya mal, para que a la Argentina le vaya bien.
Me asombra que digan: “Hay que darle tiempo”. El tipo destruyó al país, económica y socialmente, en 2 semanas, con la megadevaluación, la quita de retenciones y la apertura de importaciones. No necesita más tiempo, 120 días es una eternidad. El resto (tarifazo, despidos masivos, desmantelamiento de los controles del Estado) es simplemente el perfeccionamiento de aquella destrucción.
Me asombra la idea de algunos: “Y bueno... hacía falta”. Estar bien es un derecho, no una fiesta. Nunca puede ser necesario agredir y atacar al trabajador, al asalariado y al jubilado, y rebanarle la mitad de su poder adquisitivo, en provecho de la clase dominante.
¡Y me asombra que no sientan vergüenza!

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