lunes, 30 de junio de 2025

LA MUERTE DE YO (UN CUENTO DE CLAUDIO AMADEO VIGGIANO)

 

Era una noche fresca y vagaba lentamente por la calle sin rumbo fijo. Me subí el cuello del abrigo y prendí el último cigarrillo.

De pronto al doblar la esquina, me veo a mí mismo, caminando unos cincuenta metros adelante. ¿Es posible que esa sea mi imagen, pero desfasada en el tiempo? 

La misma ropa, y el cigarrillo por la mitad, como lo tenía, digamos, hacía diez minutos. ¿Cómo fue que desarrollé la propiedad de verme a mí mismo, pero diez minutos antes?

Mi imagen dio vuelta a la esquina, apuré el paso para no perderla. Calculé que podía dar la vuelta a la manzana en diez minutos, aunque no sabía muy bien para qué.

Y mis imágenes, ¿tendrán ellas también la propiedad de verse a sí mismas con esa diferencia de diez minutos? Tuve que apurarme para no perderla de vista, no recordaba haber caminado antes tan rápido. ¿Es que mis imágenes estaban tomando decisiones?

Doblé la esquina y la volví a ver claramente, a unos cuarenta metros, pero vi con sorpresa que había otra imagen más a unos 80 metros. ¿Era la de hace veinte minutos?

Mis imágenes se multiplicaban, y resultaba hipnótico verme a mí mismo tal como se me veía hacia diez minutos, veinte minutos, treinta minutos.

Escuché unos pasos a mis espaldas, me di vuelta y era yo. Pero, ¿era yo el real?, ¿o era una imagen de aquel que venía detrás de mío? ¿Él, provenía de los futuros diez minutos, y yo era el pasado? Detrás de él, ¿venia otro yo de los futuros veinte minutos?

De pronto, las imágenes que tenía por delante se detienen. Se dan vuelta, avanzan lentamente, siento que me perforan con la mirada. Los de atrás, ya los tenía a un paso. Me rodean, ya son diez, veinte, cientos, no podía contarlos. Yo soy yo, y ellos me miran con hostilidad. Su cercanía me quita la respiración, podría empujarlos y salir corriendo, pero ya no tengo fuerzas.

Los peritos no pudieron definir la causa de la muerte, aunque había heridas de todo tipo, principalmente en el cuello. Ningún investigador pudo precisar si hubo uno o varios asesinos, un móvil, y mucho menos, un arma homicida.



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